AlcolirykoZ ⚔️

Llevaba muchos años escuchando su música, en internet por supuesto. Siempre ha sido difícil escucharlos en la radio, aunque eso ha cambiado para bien. Cada vez que escuchaba alguna de las canciones pensaba “cuándo los podré ver en vivo”. Me imaginaba sintiendo la energía de sus canciones con ese volumen ensordecedor, rodeado de gente desconocida pero con la que comparto el gusto por la música de la A a la Z.

Pensaba que ese primer concierto sería en Medellín donde crecimos todos. Eramos vecinos de montañas ellos en Aranjuez y yo en Gratamira. Veíamos los barrios al frente y vivíamos realidades similares, distintas montañas pero la misma ciudad, llena de historias que ellos han venido narrando con una elocuencia que divierte. En gran parte por eso disfruto su música, son historias que me suenan cercanas, en las que encuentro memorias de familia y que son un reflejo musicalizado de una parte de Medellín.

No los he podido ver en Medellín, los tiempos nunca han cuadrado, también es que viviendo en otro país las oportunidades que he tenido han sido pocas. Por fortuna Gambeta, Kaztro y Fazeta no han parado de crecer y un concierto en NYC, la ciudad donde hoy vivo, fue el lugar donde los pude escuchar en vivo por primera vez.

Los Ninjazz, NYC, Oct, 2021

Nunca había comprado unas entradas tan rápido. Un amigo me escribió para que estuviera pendiente, yo ya tenia las boletas y le dije: “Parce, si ellos están tan emocionados como yo ese concierto va a ser muy muy chimba”. Y así fue, un concierto que disfrute de inicio a fin, no quería que se acabara. Quería que cantaran más canciones, me quedaron faltando como 5 que quería escuchar; el repertorio es amplio pero el tiempo no alcanzó. Fueron 2 horas en las que canté, bailé, tararié y lloré—hay canciones que pegan diferente.

Fui feliz viéndolos emocionados por sus logros, viendo tanta gente lejos de los barrios cantando sus canciones.

La primera vez escuchándolos no fue en Medellín pero la magia de la música me hizo sentir cerca de la ciudad en la que se forjaron esas historias que cantamos juntos esa noche. Solo me queda esperar que pueda tener la oportunidad de verlos en Medellín, seguramente tarareando historias que se están escribiendo hoy.

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Hermandad sin fronteras